Archivo por meses: febrero 2012

No, no voy a hacer tu trabajo

A veces me pregunto qué se cree la gente que somos los que, por afición, nos dedicamos al software libre. Esto viene porque me ha llegado otra vez un correo de un alumno de una carrera/ciclo/curso/lo-que-sea, con una asignatura de programación y una práctica muy, pero que muy chunga oye, que él, por circunstancias ¿eh?, no por vagancia, no sabe hacer; y que venga, va, que me enrolle y se la haga yo.

Mi respuesta, como en el resto de las ocasiones, ha sido ofrecerle alguna pequeña orientación, o algún consejo de donde puede encontrar alguna información que le ayude a resolverlo, pero dejando claro que ni de coña pienso hacer su trabajo.

Pues bien: hasta ahora nadie ha aceptado ese tipo de ayuda. Y lo peor es que, en base a alguna respuesta que me han enviado, opinan que soy un cabrón egoísta por no darles el problema resuelto y masticado, listo para imprimirlo y entregárselo al profesor sin siquiera tener que leerlo ellos.

Pues voy a ver si puedo dejar las cosas bien claritas para que no haya más malentendidos: no pienso hacer el trabajo de nadie, y por dos razones bien sencillas:

  • ¿Qué pasará cuando trabajes en una empresa y tengas que resolver otro problema del que no tienes ni idea? ¿Me volverás a escribir para que te saque las castañas del fuego otra vez? ¿Y cuantas veces más? ¿Te crees que solo por tener un papel que dice que has hecho un curso ya te van a llover ofertas millonarias, independientemente de si realmente sabes hacer algo o eres un perfecto inútil? ¡Señores, que trabajar no consiste en ir a la oficina a actualizar el Facebook y leer el Marca!
  • Si hago programas en mi tiempo libre y los cuelgo gratis en mi web es porque me apetece A MI hacerlos. Son cosas que YO decido hacer, cuando YO decido hacer y como YO decido hacer. Disfruto haciéndolas porque es lo que YO quiero hacer en un momento determinado. Cuando me aburro, dejo de hacerlas, y por eso hay proyectos «abandonados» en mi web. Hacer el trabajo de otros no es divertido, así que olvídalo.

¿De qué vamos?