Como ya habreis leído, sufrí hace unos meses un esguince cervical por culpa del clásico «alcance por detrás». Después de todo este tiempo he aprendido bastantes cosas, y creo que no está de más compartirlas porque pueden ayudar a mitigar las molestias de, o incluso evitar, el esguince cervical.
¿Qué es un esguince cervical?
El esguince cervical se produce cuando, por culpa de un impulso brusco, la cabeza se mueve violentamente, generalmente adelante y atrás. El caso más habitual es cuando estás en el coche, parado, y alguien te embiste por detrás: la espalda está perfectamente apoyada en el respaldo, pero la cabeza suele estar suelta, sin apoyarse en nada. Además, al no prever el golpe, los músculos del cuello están relajados, con lo que, en el breve instante que dura el golpe no les da tiempo a tensarse y sujetar convenientemente la cabeza.
¿Como puedo prevenirlo?
Dado que no conducir no es una opción, es importante entonces buscar la manera de prevenir en la medida de lo posible los resultados de un alcance por detrás. Lo ideal sería comprar un coche que obtuviese una buena puntuación en las pruebas específicas de alcance por detrás. Por desgracia, si vemos las tablas de los test del International Insurance Whiplash Prevention Group, vemos que en 2005 (cuando me compré el mío) menos de la mitad consiguen una puntuación buena o aceptable. En 2008, afortunadamente, la cifra sube a algo más de la mitad, pero aún así sigue siendo, bajo mi punto de vista, escandaloso. Normalmente el diseño del asiento y el reposacabezas es fundamental para conseguir una buena protección, pero parece que los fabricantes no se preocupan demasiado, salvo los de gama alta. Y uno no siempre se puede permitir un coche así (no es sólo comprarlo, sino también mantenerlo: un Audi no lo dejo durmiendo en la calle ni harto de vino).
Una vez que ya tenemos un coche, bueno o malo, es fundamental ajustar correctamente el asiento y el reposacabezas. Por muy bueno que sea el sistema, si está mal ajustado no servirá para nada. La idea es que, en caso de alcance por detrás, impida que la cabeza se mueva violentamente, sirviendo de apoyo y haciendo que siga el movimiento del resto del cuerpo. Para ello es necesario que esté ajustado en altura para que su parte superior quede igualada con la parte superior de nuestra cabeza, y (muy importante) en distancia, de manera que quede, como mucho, a cuatro centímetros de nuestra cabeza. Y, como la colonia, mejor cuanto más cerca.
Y es aquí en donde la gran mayoría de coches fallan estrepitosamente. En mi caso me compré un Citroen C2 porque quería un coche pequeño y manejable, que pudiese aparcar con facilidad en cualquier hueco. Pero si echamos un vistazo a los resultados de la tabla vemos que son desastrosos: obtiene la peor puntuación posible. Parte de la culpa se debe a que no hay manera de ajustar el reposacabezas en sentido horizontal; sólo se puede subir y bajar; y la otra a que el respaldo tiene una forma… digamos que singular: si ajusto la inclinación del respaldo para sentarme cómodo, el reposacabezas queda a unos diez centímetros de mi cabeza. La única forma de que se acerque es echando el respaldo hacia adelante; pero en ese caso la zona lumbar queda separada casi diez centímetros, y no hay quien aguante más de cinco minutos parado (no digamos ya conducir), porque sólo apoyas los hombros en el respaldo. Ya mucho antes del accidente me había hartado de probar combinaciones y no hubo manera de conseguir que el reposacabezas quedase en una posición adecuada. Los asientos tienen una forma muy extraña. A veces me pregunto si los fabricantes llegan a probar sus propios vehículos.
Tras el accidente empecé a buscar y encontré dos posibles soluciones al problema: la primera, un añadido acolchado para el reposacabezas (disponible en tiendas de complementos para el coche). Este reduce la distancia lo suficiente como para poder apoyar cómodamente la cabeza en cualquier momento.
La segunda solución es un soporte lumbar. Se coloca en la zona de los riñones y la separa del asiento, haciendo la postura más cómoda y permitiendo, en mi caso, que toda la espalda se apoye cuando se pone el respaldo en la postura necesaria para que la cabeza quede a una distancia razonable del reposacabezas, manteniendo la curvatura natural de la columna.
Al principio el añadido del reposacabezas me parecía la opción más cómoda, pero después de probar bien el soporte lumbar (y, sobre todo, de ponerlo bien: no tiene que estar abajo del todo, sino a un par de centímetros de altura) me he decantado definitivamente por él, porque es más cómodo. El añadido del reposacabezas lo pasé al asiento del acompañante para que proteja cuando lleve a alguien.
Lo que más me molesta es que no parece haber ninguna solución oficial por parte de Citroen. He preguntado en concesionarios y talleres y la respuesta es siempre la misma: los asientos son así y no hay nada que cambiar.