No, ni estoy embarazado ni me he aficionado a la música clásica. Simplemente me he comprado un Asus EEE PC, en concreto el modelo 1000H. Las razones para ir por éste y no otro han sido:
- Tamaño del ordenador: llevaba tiempo queriendo comprarme un portátil, pero los tremendos tamaños de los modelos de 15 pulgadas me echaban para atrás. A fin de cuentas, para trabajo serio ya tengo el equipo de sobremesa. Yo lo que quería era un equipo pequeño y manejable, fácil de llevar por ahí; no un mamotreto.
- Tamaño de teclado: aunque los modelos 701 y 901 son más pequeños que el modelo 1000, el teclado es demasiado pequeño, y no es cómodo teclear (y menos cuando tienes los dedos como morcillas). Estuve a punto de tirar por un Acer Aspire One, precisamente porque, al medir dos centímetros más de ancho, tiene un teclado perfecto, pero fue entonces cuando Asus sacó el modelo 1000.
- Batería de seis celdas: el resto de miniportátiles tienen baterías de tres celdas, con lo que la autonomía es menor. Yo quería que la batería me durase algo más, cosa que me ofrecía este modelo.
- Disco duro de 160GB: es cierto que es mecánico; pero a fin de cuentas, mi intención es usarlo como portátil, así que nunca está de más tener espacio extra.
- 1 GB de memoria.
- Pantalla de 10 pulgadas: ¿quien le hace ascos a una pulgada extra? 😉
- Soporte garantizado de Linux: hace más de nueve años que abandoné oficialmente Windows, no voy a volver a estas alturas.
Y precisamente este último es el tema central de esta entrada. Y es que, aunque el hardware está soportado en Linux, no lo está en la versión oficial de la mayoría de las distribuciones, sino que hay que meter algún que otro driver aparte para que todo funcione (fundamentalmente partes del ACPI, y los botones específicos del equipo). Pero como en el mundo del software libre siempre hay un roto para un descosido, ya hay gente que ha empaquetado todo de manera fácil.
Alguno dirá: Pero si el equipo ya trae Linux ¿qué problema hay? Bueno, en realidad hay dos problemas: por un lado, los equipos que traen Linux traen Limpus, y parece ser que una versión algo antigua, y puede ser deseable meter una más reciente o con otra interfaz más clásica. Por otro lado, el modelo 1000H trae Windows XP, por lo que es fundamental poder meter otra cosa.
Tras buscar por Internet encontré Ubuntu-EEE (renombrada al curioso nombre de EasyPeasy), que es una versión de Ubuntu para miniportátiles. Por desgracia está pensada para los equipos con 512MBytes de memoria, por lo que la interfaz de usuario que trae es bastante simplona. Además, cuando la probé sólo había versión basada en Ubuntu 8.04.
Entonces seguí buscando y encontré entonces EEEbuntu, otra distribución basada en Ubuntu para miniportátiles. Lo interesante es que hay tres versiones: una básica, con lo mínimo para funcionar; una mini, similar a Ubuntu-EEE, y otra completa, con el escritorio clásico de Gnome. Esta última fue la que probé, pero le hicieron varios cambios al escritorio y tampoco me gustaba. Yo quería una Ubuntu como la de mi equipo de sobremesa.
Entonces fue cuando descubrí que ambas distribuciones estaban basadas en un mismo proyecto de núcleo Linux para miniportátiles Asus: el kernel Array. Este trae todo lo necesario para funcionar en cualquiera de los EEE PCs, pero además se integra directamente con la Ubuntu clásica, por lo que era justo lo que buscaba.
La manera de instalarlo es sencilla: se baja la ISO de Ubuntu 8.10, y se utiliza la opción «Create a USB startup disk» del menú de Sistema->Administración para copiarla a una memoria USB. Una vez copiada, se conecta dicha memoria al EEE PC y, al encenderlo, se escoge arrancar desde USB (pulsando ESC), procediendo a instalarla en disco duro como siempre.
Una vez que tenemos una Ubuntu normal, vamos a la página de instalación del kernel Array y seguimos los pasos desde una terminal, y listo.