Como muchos ya sabréis, el próximo año se retira definitivamente el transbordador espacial. Eso significa que casi no quedan oportunidades para poder verlo en vivo, por lo que hace una semana me lié la manta a la cabeza y me fui hasta Cabo Cañaveral para poder ver el lanzamiento del Discovery.
El lunes estuve en el centro turístico del Kenedy Space Center, donde tienen un montón de atracciones sobre el espacio. Por ejemplo, tienen varios cohetes de los utilizados en la carrera espacial tripulada: un atlas-mercury, un redstone-mercury, un titan-gemini, y un Saturno IB (el cohete con el que probaban los lanzamientos del Apolo). También tienen una réplica a tamaño natural del transbordador espacial y del tanque y los aceleradores laterales. Estoy harto de verlo en fotos, pero no es hasta que lo ves así, en «real», que te das cuenta del inmenso mamotreto que es. ¡Es gigantesco! Parece imposible que eso pueda planear, mucho menos subir para arriba.
En esta foto se ve el transbordador al fondo (es lo más cerca que nos podíamos acercar). Por desgracia está detrás de la Rotating Service Structure (desde donde se instala la carga útil). Esta parte de la torre se retira horas antes del lanzamiento, cuando ya no admiten turistas, por lo que no es posible sacar mejores fotos (al menos desde donde pude estar).
En esta otra foto, a la izquierda, está el Vertical Assembly Building, el edificio en donde se montaban los Saturno V y se ensambla el transbordador. A la derecha está la torre de lanzamiento del Ares, la cual, por desgracia, no va a utilizarse ya. Y por último, en primer plano, el crawler, que es el encargado de llevar sobre su lomo al transbordador desde el VAB hasta la zona de lanzamiento.
El plan original era lanzar el Discovery el mismo lunes, pero debido a una fuga en uno de los motores de maniobra orbital se pospuso el lanzamiento hasta el miércoles; volvió a retrasarse hasta el jueves por culpa de un fallo eléctrico en uno de los motores; el jueves hizo un día de perros, lo que obligó a moverlo hasta el viernes; finalmente, una fuga de hidrógeno durante el llenado del tanque principal hizo que se pospusiese toda la operación hasta el 30 de noviembre (e incluso es posible que se retrase hasta febrero del próximo año), con lo que, al final, me quedé sin fuegos artificiales 🙁
Pese a todo, ha sido una experiencia única, y tengo claro que quiero repetir. Y aún quedan dos lanzamientos como mínimo…
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