Hace tiempo escribí un artículo criticando el modelo de escritorio de Gnome3 y de Unity, en el que, además, explicaba como configurar un Gnome clásico.
Cuando actualicé a la última Ubuntu (12.04) empecé a tener problemas con los escritorios al usar Gnome Classic, y después de la buena crítica de un amigo, decidí darle otra oportunidad a Gnome3. Pero aún así no olvidaba las carencias que describí en mi anterior artículo, así que decidí personalizarlo a mi gusto.
Lo primero que hice fue activar los iconos en el escritorio. Para ello instalé el programa gnome-tweak-tool, y escogí la opción correspondiente, como se ve en esta imagen:
Lo segundo fue buscar extensiones que supliesen las carencias que veía. Fue entonces cuando me llevé una muy agradable sorpresa con el nuevo sistema para instalar extensiones de Gnome 3.4: en lugar de tener que bajar un fichero, copiarlo en alguna carpeta y rezar para que funcione, los desarrolladores han creado una página web (https://extensions.gnome.org/) que permite simplificar de manera notable este proceso. Dicha página se integra con el navegador y permite instalar extensiones con un simple click en el interruptor que aparece en la parte izquierda. También permite, desde la misma página, desinstalar, actualizar, desactivar y configurar las extensiones instaladas (aunque las dos últimas acciones también se pueden hacer «en local»).
La cantidad de extensiones disponibles es muy grande (más de 170 en el momento de escribir estar líneas), y cubren la práctica totalidad de las necesidades del usuario medio. Las que instalé en mi sistema son las siguientes:
- Alternative Status Menu: añade al menú de usuario la opción de apagar el equipo
- Dash and Overview Click Fix: hace que al pulsar sobre el icono de una aplicación que ya está lanzada, se lance otra copia en lugar de mostrar la que ya existe
- Dash to dock: convierte la barra de iconos de la izquierda en un dock. También permite cambiar de escritorio con la rueda del ratón
- Frippery Applications Menu: sustituye el botón Actividades por un menú de aplicaciones como el de Gnome 2 en la parte superior izquierda (la tecla Windows sigue entrando en dicho modo)
- Maximus: elimina la barra superior de las ventanas maximizadas, lo que permite ganar un poco de espacio extra
- Remove Accesibility: elimina el icono de accesibilidad en la barra superior
- System Monitor: añade gráficas de uso de la CPU, memoria, etc. (configurable)
- Windows Alt Tab: hace que las teclas Alt+TAB sólo escojan entre las ventanas del escritorio actual, en lugar de entre las de todos los escritorios
- Workspace Indicator: muestra un icono con el escritorio actual, y permite cambiar de escritorio desde él
- Workspace Navigator: permite usar las flechas arriba y abajo para cambiar de escritorio en la vista de Actividades
La única extensión que echo en falta es una que impida que Gnome 3 entre en modo Actividades cuando el escritorio actual se queda sin ventanas.
Lo sorprendente es que, al final, he acabado acostumbrándome a lanzar las aplicaciones mediante la técnica de pulsar la tecla Windows, para entrar en el modo Actividades, y teclear el nombre de la aplicación que quiero. Para las más usadas es mucho más cómodo (por lo que tengo que comerme mis palabras en el anterior artículo). Para las menos, sin embargo, sigue siendo más cómodo el menú de aplicaciones que el sistema nativo de Gnome 3, razón por la que lo conservo.
El maximizar las ventanas simplemente arrastrándolas hasta la parte superior me resulta comodísimo, y el ponerlas a media pantalla arrastrándolas a un lateral es una opción realmente útil cuando uno tiene que comparar textos o copiar de un lado a otro. Además, he acabado acostumbrándome al sistema de escritorios virtuales dinámicos, y de hecho creo que es la mejor opción para aquellos usuarios noveles que nunca los han utilizado.
Así pues, creo que debo comerme parte de mis palabras y reconocer que Gnome 3, aunque con algunos defectos (nada en este universo es perfecto), sí es un escritorio perfectamente válido, y muy sencillo de adaptar a las necesidades de cada uno.