Hace unos días recibí un correo-e, proveniente de la mismísima oficina europea de patentes, en el que me preguntaban la fecha en la que lancé GAG 1.0 y, a ser posible, el código fuente de dicha versión para comprobar si se podía considerar arte previo de una patente que estaban examinando. La patente en cuestión es, nada más y nada menos, que la de un gestor de arranque gráfico.
Tras el acojone inicial rebusqué en mis viejos CDs y molesté a varios colegas por teléfono hasta que por fin encontré el mensaje original, fechado el 12 de mayo de 1999… o sea, ocho meses después de la fecha de presentación de la solicitud de patente. Afortunadamente recordé que un colega (hola David) había creado otro gestor de arranque gráfico anterior a GAG. Se trata de MBRMenu y la versión 2.0 se había publicado en marzo de 1998 (en su página no indicaba la fecha de la versión 1.0, pero con esa era suficiente).
Respondí al correo con toda esta información y pedí que me informasen del estado de la patente. Al día siguiente recibí una respuesta dándome las gracias y explicándome que el proceso aún llevaría algunos años más (?). Esa respuesta me chocó bastante: si la solicitud de patente se había hecho hacía siete años ¿cuantos más iban a tardar en concederla? Empecé a considerar que se tratase de una broma, pero no pude encontrar nada raro en la cabecera del mensaje (parece que realmente vino del dominio epo.org), y el dominio espacenet.com parece que está registrado a nombre de la EPO también; además, el texto de la patente no son dos hojas precisamente, y tiene bastante pinta de legal… si es una broma se la han currado mucho. Y además ¿una broma de quien?
Pocas horas después, a raíz de una noticia sobre el registro de arte previo que quiere montar el OSDL, leí un texto en el que Richard Stallman afirmaba que si un revisor de patentes considera que un trabajo determinado no es arte previo, en un posterior juicio de patentes los jueces suelen no aceptar dicho trabajo como posible prueba para anularla, aunque el revisor estuviese bebido (o presionado para aprobar la patente) ese día. Por desgracia me enteré de esto bastante después de responder el mensaje, lo que significa que, quizás, les he dado la patente en bandeja de plata.
Definitivamente las patentes de software son una locura. Tenemos que hacer lo que sea para impedir que se aprueben en Europa, o el software libre pasará a la historia.
GAG, amenazado por las patentes de software por A cuadros está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.